martes, 20 de noviembre de 2012

Sí, a María


María, desde que era niña, siempre estaba disponible a lo que Dios quisiera de ella y siempre le dijo que si. Por eso los amigos de Jesús siempre la recordamos con mucho cariño y agradecimiento, por ser madre de Jesús y por servirnos de referencia en nuestro modo de relacionarnos con Dios. Para nosotros, familia de la Presentación, las actitudes y valores de María en su infancia, en el momento en el que fue presentada en el templo, son los que nos animan y enseñan a seguir a Jesús. No hay textos en el Evangelio sobre ese momento, pero si encontramos, en lo poco que hay escrito sobre María, las actitudes que fue adquiriendo desde pequeña.



Juan capítulo 2
Al tercer día se celebraba una boda en Caná de Galilea; allí estaba la madre de Jesús. También Jesús y sus discípulos estaban invitados a la boda. Se acabó el vino, y la madre de Jesús le dice:"No tienen vino." Le responde Jesús: "¿Qué quieres de mí, mujer? Aún no ha llegado mi hora." La madre dice a los que servían: "Haced lo que os diga." Había allí seis tinajas de piedra para las abluciones de los judíos, con una capacidad de setenta a cien litros cada una. Jesús les dice: "Llenad de agua las tinajas." Las llenaron hasta el borde. Les dice: "Ahora sacad un poco y llevádselo al maestresala." Se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde procedía, aunque los sirvientes que habían sacado el agua lo sabían, se dirige al novio y le dice: "Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los convidados están algo bebidos, saca el peor. Tú, en cambio, has guardado hasta ahora el vino mejor." En Caná de Galilea hizo Jesús esta primera señal, manifestó su gloria y creyeron en él los discípulos. 

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